Grandes vistas

Lo que me gusta del sitio al que me han mandado a trabajar son las maravillosas vistas de la ciudad que pueden apreciarse sin levantarme de mi sitio, simplemente mirando a derecha y/o izquierda. Grandes ventanales a lado y lado me lo enseñan todo, no dejan lugar a secretos o rincones: a mi derecha casas, edificios, calles, Montjuïc, el cielo, las nubes, el mar... A mi izquierda casas, edificios, calles, el Tibidabo, el cielo, las nubes...

Hoy mis ojos pueden ver los esplendorosos algodones grises, oscuros, cubriendo la ciudad. Nos miramos cara a cara, de tú a tú. Puedo ver cómo descargan su rabia contra el suelo y lo inundan todo con sus pensamientos. Mientras sus pequeñas palabras resbalan por los cristales buscando cualquier hueco para colarse y entrar hasta nosotros, allí abajo unas hormigas se apresuran a buscar cobijo. Los escarabajos de colores se mezclan unos con otros para intentar llegar los primeros en lo que es una carrera sin fin hacia la meta que nunca alcanzarán.

Puedes conseguirlo, estira los brazos. Cierra los ojos, salta. Hoy puedes volar.